De pequeña en el colegio nos daban un árbol por el día de los Santos Inocentes, creo que era un castaño si no me equivoco. Y ahora, bueno, pues planto pinos todos los días, no sé si eso cuenta.
Para las 2 últimas aún me queda tiempo, sobretodo la del hijo...a saber si algún día tendré a mi cargo una de esas criaturas pequeñas, de piel suave y que no hacen más que llorar, dormir y hacer popo. Por eso veo más cercano el de escribir un libro. A veces he pensado en cómo sería, pero eso de desarrollar la historia, los detalles...es lo que me da más pereza.
Sería alguna trama fantástica que incluyera acción, misterio y algo de romanticismo entre personajes de otros mundos. Por ejemplo: los martinos, del planeta Marte, son criaturas que llevan escondiéndose de los satélites humanos durante años, pero un joven aventurero martino se atreve a descubrirse en el planeta Tierra donde conoce a una terrícola y sí, se enamoran. Esto provoca el intento de conquistar el planeta Marte por parte de la Tierra, lo que lleva a la I Guerra Intergaláctica. En una segunda parte de la novela se descubre que en otros planetas del Sistema Solar también hay vida y algunos luchan apoyando al planeta Marte, otros se alían con la Tierra. Finalmente las criaturas del Sol, los soldinos, emperadores del Sistema Solar, se cabrean mucho y deciden expandir polvo solar entre los planetas, lo que hace que se les olvide todo, retroceden en el tiempo y como si nada hubiera sucedido. El joven aventurero martino y la terrícola nunca volvieron a enamorarse tanto como ellos lo hicieron, un amor que quedó sepultado entre las estrellas.Y bueno, eso es lo que se me ocurrió hace unas semanas, hacía tiempo que no dejaba volar tanto mi imaginación.
PD: No me robéis la idea.
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